Somos un grupo de padres que tenemos una aspiración simple, sencilla, y creemos que loable. Tenemos la pretensión de mejorar la educación de nuestra escuela, recuperar algunos de los valores perdidos que nos inculcaron nuestros padres. La escuela actual perdió mucho, no solamente en el contenido, en el continente, sino también en vocación en los que administran educación a nuestros hijos.
Nuestra aspiración es ayudar a recuperar valores y compromiso a los maestros, ayudándolos a recuperar a los padres para la escuela. Sabemos que no va a ser fácil pero sí posible. La escuela es el único estamento que está entre la familia y el gobierno; el único que no es personalista, es democrático y pluralista, es el único lugar de encuentro de nuestros hijos donde se forman socialmente. Por todo eso solicitamos a quien tenga esa inquietud, que se acerque mediante este medio para empezar a juntar fuerzas e ideas. Esperamos contar con su opinión, consejo, idea o todo aquello que pueda servir para continuar en esta ardua tarea de mejorar la educación de nuestros hijos.

9/7/08

Mal podemos esperar el mañana

Repasando la alocución que hiciera la señora Nora Bustos en la Comisión de Educación N°4 de la Cámara Legislativa, reclamando sus derechos, me preocupa. Lo que no entienden, ni el sindicato ni el gobierno, es que esto son dos conflictos. Sí, Sra. Bustos, dos conflictos. Uno es el que tiene el sindicato (digo sindicato, no los maestros) con el gobierno y el otro conflicto es el que tienen los alumnos con el sindicato. Sí, el de los alumnos con el sindicato. El primero, el del gobierno y el sindicato, es por el no reconocimiento de un presunto aumento de sueldo… ¡Ah! y por el estado deplorable de las escuelas, el excesivo número de alumnos que cada maestra debe atender por aula, por la falta de capacitación, etc., etc., etc.

El otro conflicto, el de los alumnos y el sindicato, es nada más y nada menos que por el avasallamiento de derechos que comete el sindicato con los alumnos, no cumpliendo con la premisa constitucional, leyes nacionales, leyes provinciales y convenciones internacionales que protegen la niñez (Ley 25864, Ley 26061, Ley 521, Convención de los Derechos del Niño, Derechos Humanos, Civiles y Políticos, ¨Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Decreto 952, Constitución Nacional, Constitución Provincial, etc., etc., etc.) y desatendiendo lo aconsejado en sendos tratados reconocidos por la UNESCO, UNICEF y la OIT, como Carlos Raúl Sanz, Emilio García Méndez Bidart Campos, Cillero Bruñol y tantos otros, que con maestros con vocación, llegaron a poder pensar y enseñar a SER MAS y no a TENER MAS.

Me parece lamentable que una maestra, perdón, una trabajadora de la educación, cambie un valor tan emblemático como lo es la vocación por un 24% de aumento de sueldo. Creo que estamos mal y vamos peor si la vocación termina en la cola de un banco. Los valores que transmita a sus educandos harán de él un futuro inútil, un futuro dependiente de un plan o un servil al mejor postor. Reconozco que la escuela fue victima de malos políticos y gobiernos corruptos, pero también es victima de internas y moneda de cambio de venganzas políticas, como también de pases de facturas pos electorales teñidas de pseudo honestidad y socialismo. Pero ¿qué sucedería si de la misma forma canjeara el médico su juramento por un 24 % y porque no se lo pagan o no le dan el puesto político que le prometieron, dejara al hijo de esa maestra en el quirófano o no lo atendiera porque el consultorio es incómodo, porque no tiene una silla para sentarse o lo que es peor, no lo atiende en el hospital, pero sí en la Clínica porque ahí sí tiene vocación, ya que le pagan el 24%? Sería doloroso. ¿Y si el policía, que también en la provincia y en el país sufrió una degradación y tampoco llega a la canasta básica, en vez de cuidar al hijo de esa maestra, dentro de sus posibilidades, le vende droga a la salida del boliche o en vez de usar su envestidura para proteger al mismo chico de un asalto, le roba él, porque no le alcanza para llegar a fin de mes o no le dieron el puesto que le prometieron en campaña electoral? Sería doloroso si ejerceríamos deshonestamente cada uno de los servicios, para los que HAY QUE TENER VOCACIÓN para ejercerlos, por que son esenciales en la vida de un ser humano.

Lo que esta maestra no piensa es que un niño que no recibe la formación y educación adecuada entre los cinco y los once años, difícilmente sea un ser humano útil para la sociedad en el futuro. Será un analfabeto funcional. Así lo reza la profusa documentación de la UNESCO e infinidad de organizaciones, que sí saben de educación, no una trabajadora poco más que social (esto se desprende de sus palabras). Si esto es así, estamos mal… muy mal. Por todo esto, es que ningún padre debería acompañar en su reclamo a este sindicato de trabajadores de la educación. Porque ser maestro es otra cosa: es saber que está formando, junto a su familia, un ser humano. No está amasando un bodoque de masa para hornear un mendrugo de pan. Está formando un ser humano que en el futuro será dirigente social, que regirá los derechos de esa maestra y que dispondrá de su vida acorde a su formación, a lo que recibió, y será discriminativo, sin vocación, sordo a reclamos esenciales, corporativo, egoísta, elitista, y herramienta de un mejor formado. Señora, razone ¿le gustaría ser madre de un ser humano así? Perdone, a mí no me gustaría serlo.
PASCUAL ERNESTO PENZA
8.334.405

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ME PARECE CORRECTA LA CRITICA DEL SR. PENZA...

Anónimo dijo...

señora educadora por favor habra la mente y cierre el bols
illo